Objetivo:
Mostrar ejemplos de integración de políticas locales y nacionales de adaptación en el sector salud para poner en marcha acciones y sistemas de coordinación intersectoriales
Los efectos negativos de la variabilidad y el cambio climático tienen impactos directos en las variables sociales y ambientales que determinan la vulnerabilidad del sector salud. En América Latina algunos de los principales impactos incluyen: reducción en la disponibilidad y calidad de agua, disminución de la calidad del aire, incremento de olas de calor y la mortalidad asociada, aparición de enfermedades infecciosas emergentes, aumento en la inseguridad alimentaria, daños a la infraestructura, inundaciones e incremento en la emergencia de enfermedades sensibles al clima.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud se prevé que entre el 2030 y el 2050 el cambio climático podría representar 25,0000 defunciones adicionales al año debido a la malnutrición, paludismo, diarrea y estrés calórico; y se estima que a nivel mundial el coste total de daños directo al sector salud se podría situar entre 2,000 y 4,000 millones de dólares al 2030.
En América Latina 11 de los 19 países han priorizados acciones en el sector salud en sus Contribuciones Determinadas a nivel Nacional y se espera este número aumente en la actualización próxima de los NDC en el 2021. Además, el sector salud ha sido identificado como un eje importante en Estrategias y/o Políticas Nacionales de Cambio Climático en varios países de la región, tales como la Estrategia regional de cambio climático de Centro América de la CCAD la cual identifica el sector salud como uno de los principales sectores más afectados en Centroamérica.
Debido a lo anterior es necesario integrar políticas locales y regionales de adaptación en el sector salud en instrumentos de planeaciones tales como los Planes Nacionales de adaptación con el fin de poner en marcha acciones y sistemas de coordinación intersectoriales necesarios para avanzar en la planificación de la adaptación en este ámbito.