Objetivo:
Presentar opciones innovadoras para el diseño de los núcleos urbanos de forma más integrada con los ecosistemas donde se encuentran, para contribuir a la resiliencia de la población y la salud de los ecosistemas.
La región de América Latina es una de las regiones más urbanizadas en el mundo. De acuerdo con datos de Naciones Unidas, aproximadamente el 80% su población vive en ciudades. Esto tiene implicaciones fundamentales en el contexto del cambio climático en la medida que, por un lado, las ciudades son responsables de buena parte de las emisiones de gases de efecto invernadero y, por otro lado, la concentración de personas, bienes y activos en un espacio relativamente restringido como es el caso de las ciudades, las expone a los efectos de los impactos negativos asociados a la variabilidad climática y el cambio climático. El previsto incremento poblacional se traduce también en mayores presiones sobre los recursos naturales de los cuales las ciudades dependen y presenta desafíos al momento de planificación con miras a la construcción de ciudades sostenibles y resilientes al cambio climático.
Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario contar con instrumentos y esquemas de planificación que permita a las ciudades hacer una mejor planeación bajo un contexto de adaptación al cambio climático. Esto supone tanto inversión en medidas estructurales, incluyendo infraestructura verde y gris, como mecanismos innovadores de gobernanza y participación que faciliten el aterrizaje de políticas nacionales y regionales.
Bajo este panorama, los Planes Nacionales de Adaptación son instrumentos clave en los que se pueden integrar políticas y acciones innovadoras de adaptación enfocadas en incrementar la resiliencia de ciudades. Esto incluye enfoques tales como el enfoque de adaptación basada en ecosistemas, el cual busca potencializar los beneficios que ofrecen los servicios ecosistémicos en los contextos urbanos.